¿Cómo saber si te estás descuidando o dejando de lado?
Veamos primero lo que significa cuidar(se): ofrecer tiempo, energía, satisfacer necesidades, estar pendiente, hacerse cargo, etc.
Sin cuidados no hay vida ya que esta gira en torno a los cuidados. Los cuidados preservan la vida, la alargan, mejoran su calidad. Necesitamos de cuidados diferentes a medida que nos desarrollamos.
A través de los años, es a las mujeres a quienes se nos ha adjudicado este papel de los cuidados, apelando a distintos argumentos, desde los más biologicistas (las mujeres son cuidadoras por naturaleza) pasando por los relacionados con la tradición (las mujeres en el hogar y los hombres en el trabajo).
Cuidar nos puede producir mucha satisfacción, pero también existe la llamada trampa de los cuidados, la cual reposa en 2 aspectos:
- Se nos convence de nuestro rol de cuidadora abnegada. Y cualquier desviación nos convierte en mujeres incómodas.
2. Con la falsa promesa de que esos cuidados nos serán recompensados con gratitud, amor incondicional y vínculos estables.
En esta trampa de los cuidados radican muchos de los malestares de género, porque nos convierte en expertas en detectar las necesidades ajenas a costa de las propias.
Nos aleja del bienestar porque al partir del yo estoy bien si los demás están bien, nos condenamos a fluctuar anímicamente sin control. Y además nos roba tiempo y lucidez para encontrar lo que de verdad nos mueve y nos llena (que valga decir también puede ser cuidar, pero no de forma abnegada, ciega o no elegida).
Esta falta de prioridad personal, esta sobrecarga normalmente acaba por hacernos sentir hastiadas e irritables: el entorno aprende que puede delegar en nosotras lo que sea (¿recuerdas la película de la boda de Rosa?)
Es una trampa cuando se trata de un acuerdo unilateral: una persona da más de lo que recibe y entonces llegan los reproches (¿quién no ha oído decir a alguna mujer de su vida con todo lo que yo he hecho por ti?).
Sabremos que nos estamos descuidando cuando:
-Nos sentimos atrapadas en ese papel de mujer sacrificada
-Pensamos que la gente es ingrata con nosotras
-Sentimos un malestar difuso, irritabilidad, difícil de explicar
También puede ocurrir que nos descuidemos no ya por estar pendientes de otras personas, si no por estar sucumbiendo al estrés.
Entonces las señales claras de que nos estamos dejando de lado serían:
-Tu cuerpo empieza a quejarse, dolores, rigidez
-Duermes mal por la noche
-Pasas de involucrarte mucho en las tareas a desapegarte de ellas
-Llevas días sin hacer algo placentero porque sí, o te alejas tus hobbies
-Te aíslas de las personas a las que quieres
¿Te ha pasado?
Ten en cuenta que ENTENDER LO QUE ES IMPORTANTE PARA TI, te ayuda a enfocar tu energía en aquello que te aporta plenitud. Y te necesitas cuidada y auto-cuidada para llegar a cumplir tus metas valiosas.
Cómo saber cuando te estás descuidando a tiempo te ahorra mucho sufrimiento.
En el taller Escuchar(me) te invito a frenar y ponerte en el centro.
En el taller Querer(me) te invito a reconstruir tu autoestima.