Cómo Construir Relaciones de Pareja Saludables desde la Perspectiva Feminista

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Cómo Construir Relaciones de Pareja Saludables desde la Perspectiva Feminista

En una sociedad en constante evolución, las relaciones humanas también cambian. Esto es una buena noticia teniendo en cuenta que las dinámicas de género todavía influyen (y mucho) en las relaciones de pareja.

Es por eso que la construcción de relaciones de pareja saludables es una preocupación que atañe a muchas mujeres feministas, conscientes de lo perjudiciales que son ciertos modelos relacionales basados en las jerarquías de poder y los estereotipos de género.

Construir relaciones de pareja saludables es todo un reto: implica comprender la importancia del respeto, la igualdad y la comunicación, algo que no siempre sucede. La perspectiva feminista ofrece un marco sólido para repensar y mejorar nuestras relaciones, promoviendo vínculos más justos y equilibrados.

Empecemos por el principio.

¿Qué define una relación saludable?

Una relación saludable es aquella en la que ambas personas se sienten valoradas, respetadas y apoyadas y que además se basa en el respeto, la equidad y la autonomía personal. Desde la perspectiva feminista, esto implica cuestionar los roles tradicionales de género.

Lo que aprendemos consciente o inconscientemente influirá necesariamente en cómo nos vinculamos y lo que aprendemos no siempre es sano.

Características clave según el feminismo

  • Respeto mutuo: Ambos miembros de la pareja reconocen y valoran las necesidades, deseos y límites del otro. Una relación en la que proliferan las faltas de respeto es una relación abocada al fracaso. Además, se trata de dinámicas muy difíciles de revertir (la mayor parte de las veces, no es posible y es importante salir de ahí).
  • Igualdad: Las responsabilidades y decisiones se toman de manera equitativa, sin imponer roles predefinidos.
  • Apoyo emocional: La pareja se apoya en momentos difíciles y celebra los logros individuales y compartidos.
  • Autonomía personal: Cada persona mantiene su independencia y desarrolla sus propios intereses.

Aunque lógicamente, existen muchas otras características para considerar que un vínculo es sano: como por ejemplo, la sensación general de paz y tranquilidad, el trabajo en equipo (especialmente en los conflictos), la responsabilidad de los propios errores y actos, la empatía que nos lleva a pedir disculpas cuando es necesario…

Cómo aplicar el feminismo en la pareja

El feminismo en las relaciones implica prácticas cotidianas que promuevan la justicia y la equidad.

Vamos a ver algunas ideas centrales.

Respeto mutuo e igualdad

  • Distribución equitativa de tareas: Evitar la sobrecarga doméstica que históricamente ha recaído en las mujeres (y lo sigue haciendo, empezando por la carga mental)
  • Decisiones compartidas: Consultar y tomar decisiones en conjunto, valorando las opiniones de ambas partes. Se trata de hacer equipo, no solo en los conflictos.
  • Consentimiento y límites claros: Respetar los límites físicos y emocionales de cada cual. Nadie debe sentirse bajo presión de hacer algo que le perjudique.

Comunicación efectiva y empática

  • Escucha activa: Prestar atención a lo que dice la otra persona sin interrupciones ni juicios. En el tema de la escucha y la comunicación en general, se puede caer fácilmente en asimetrías de poder.
  • Expresión abierta de sentimientos: Fomentar la honestidad y la vulnerabilidad sin miedo a represalias.
  • Resolución de conflictos: Abordar los problemas desde una perspectiva constructiva y orientada a soluciones.
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Superando patrones tóxicos de género

Los estereotipos de género pueden afectar negativamente las relaciones si no se reconocen y desafían, por eso es importante trabajar en lo siguiente:

Identificar y romper estereotipos

  • Desmontar el mito del «amor romántico»: Evitar expectativas poco realistas sobre la pareja ideal o el sacrificio incondicional.
  • Evitar la dependencia emocional: Promover relaciones donde ambas personas puedan crecer de manera individual y conjunta.
  • Redefinir la masculinidad y feminidad: especialmente en las relaciones heterosexuales, se trata de permitir que cada persona exprese sus emociones sin restricciones impuestas por normas sociales.

Consejos prácticos para una relación feminista

  • Practica el autocuidado: Cuidar de una misma es esencial para mantener una relación sana. Esto también implica hacerte cargo de tu parte a la hora de esforzarte en tener una relación más sana, pero no de la parte de ambos.
  • Apoya la independencia ajena: Anima a tu pareja a perseguir sus sueños y proyectos personales.
  • Revisa tus propios sesgos: Cuestiona creencias internas que puedan estar afectando a tu relación. Es normal, el cerebro aprende incluso lo que no quiere aprender y el contexto nos influye.

En conclusión, construir relaciones saludables desde una perspectiva feminista implica cultivar la igualdad, el respeto y la comunicación constante. Al adoptar estos principios, las parejas pueden desarrollar vínculos más sólidos y enriquecedores, basados en la comprensión y el apoyo mutuo.

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