Terapia para la carga mental

¿Qué es la carga mental?

La carga mental, como su propio nombre indica, consiste en todo el trabajo de previsión, planificación y organización que se requiere para el día a día.

Se suele de hablar de carga mental cuando una pareja convive (tenga o no hijxs), aunque no es necesario ser convivientes para padecerla.

Son generalmente las mujeres quienes más la sufren: según datos del Estudio elaborado por OBS Business School (2018), obtenido en “Libérate de la carga mental” de Iria Marañón, las mujeres dedican de media cerca de 30 horas semanales a las tareas domésticas y los cuidados, mientras que los hombres dedican algo menos de la mitad.

Existen dos tipos de trabajos:

-El trabajo de ejecución: es aquel que se lleva a cabo mediante acción. Por ejemplo: ir a la consulta de la doctora de cabecera.

-La carga mental: es toda esta planificación que se hace mentalmente y que incluye por ejemplo: recordar a la pareja que ha de ir a consulta, pedir la cita, etc.

A menudo, las mujeres, especialmente las mujeres-madres, se encargan de algo más de la mitad de las tareas de ejecución, y de la casi totalidad de la carga mental. Por lo tanto, no basta con repartir las tareas, es necesario repartir también esta carga.

Se trata de un trabajo invisible, por ser mental, lo que hace muy difícil la detección de esta injusticia, así como su corrección en armonía en el seno de la pareja o la familia.

Además, al ser invisible, tampoco está apenas reconocido y agradecido, lo que genera bastante malestar psicológico pero cuando se agradece, esto se convierte en un arma de doble filo. Por ejemplo, cuando a las mujeres de la casa se les dice “qué atenta estás a todo” o “siempre tan preparada”, etc.

Ejemplos de carga mental:
¿cuándo tocan las vacunas del gato? ¿dónde está su cartilla para comprobarlo? ¿a qué hotel iremos de vacaciones? ¿tienen buenas reseñas? ¿cuándo era el cumpleaños del padre de mi pareja? ¿se habrá acordado él de felicitarle? ¿qué le podemos regalar que no le hayamos regalado otros años?

Consecuencias de la carga mental

Las consecuencias de la carga mental son de distinto tipo: psicológicas, físicas, relacionales…
Veamos las principales:

Consecuencias psicológicas: Fatiga y agotamiento mental, irritabilidad, frustración, problemas de concentración y memoria, hiperexigencia, ansiedad, depresión…

Consecuencias físicas: agotamiento físico, dolores, síntomas físicos de la ansiedad como taquicardias, sudoración, problemas gastrointestinales…

Consecuencias relacionales: conflictos, falta de deseo sexual (en el caso de las parejas), en ocasiones llegando a separación y divorcio.

Hay que tener en cuenta que en muchos casos, los principales conflictos en la relación tienen que ver con la falta de co-responsabilidad, debido a la educación sexista recibida, debido a la falta de conciencia de una o ambas partes y debido a la falta de acuerdos explícitos o de actualización de los mismos.

Lejos de buscar culpables, es importante hacer presentes las necesidades y buscar los cambios necesarios para restablecer (o en ocasiones establecer por primera vez) un equilibrio.
Veamos algunas herramientas para soltar carga mental a continuación.

Herramientas para soltar carga mental

Normalmente, se trata de dinámicas muy aprendidas, por lo que se pueden desaprender.
Sin embargo, es importante tener muy claro que precisamente por ser una dinámica de dos (o más) personas, es importante que ambas partes estén dispuestas a hacer cambios.

No se trata de entrar en nuevas luchas de poder.

Todo depende del contexto: no es lo mismo una pareja que recién empieza a convivir, que una pareja en la que llevan instaladas estas dinámicas desiguales muchos años. Tampoco es igual si en la pareja nunca se ha hablado del tema a si en la pareja esto es fuente de conflicto recurrente y nunca se hacen cambios.

Desafíos para la persona con carga mental (casi siempre la mujer):

La persona que siente la carga mental normalmente es la que tiene que asumir romper el silencio y promover conversaciones que lleven a acuerdos, haciendo “equipo”.

Es complejo, porque a menudo pensaremos aquello de “encima de que tiro yo de todo, tengo que incomodarme/cansarme proponiendo soluciones” y esto es muy comprensible pero no nos acerca a una mejor situación.

Se debe intentar cuidar la comunicación, y alejarse de los reproches, aunque es muy legítimo sentirse frustrada y enfadada, ya que la situación es injusta.

Por otro lado, a menudo deberá aprender a delegar en su pareja (ya que puede estar muy acostumbrada a hacer las cosas a su manera y es posible que la pareja no lo haga igual de “bien” para su gusto).

Desafíos para la otra persona:

La otra persona debe estar abierta a las demandas de su pareja y entender que se trata de necesidades importantes para que la relación vaya bien. Debe poder ser más consciente de las dinámicas invisibles.

De nada sirve que la compañera intente hacer equipo si su pareja no escucha, se pone a la defensiva y no prueba o propone cambios y mejoras.

Debe ser capaz de asumir nuevas tareas, haciéndolas a su manera, pero sin caer en “es que a ti se te da mejor que a mí”.

Ejercicios que se pueden hacer en pareja:

Si es posible que haya un clima de escucha y verdadera empatía por ambas partes, existen algunos ejercicios que ayudan a tomar consciencia e identificar la desigualdad.

Es importante hacer los ejercicios en pareja, ya que de poco sirve hacerlo individualmente.

EJERCICIO de marcar las tareas:

Escribe en un papel todas las tareas relacionadas con la pareja y el hogar (y en su caso, familia) que se te ocurran. Después, marca las tareas de las que te encargas. Tu pareja ha de hacer lo mismo. ¿Existe un gran desequilibrio?

EJERCICIO del registro:

Anota toda tu carga mental de cada día. Puedes hacerlo durante una semana. Al final de esa semana, enséñale estas notas a tu pareja y buscad soluciones.

EJERCICIO de puesto y salario:

Se trata de simular cuánto costaría a nivel de salario todo el trabajo (de ejecución y mental) que está desarrollando en el día a día cada parte. Es decir, cuánto dinero le costaría a la pareja cada una de esas funciones de haber contratado a una tercera parte para llevarlas a cabo. Por ejemplo: ¿cuánto cuesta un servicio de lavandería a la semana? ¿cuánto cuesta un servicio de transporte? ¿y de cuidado al menor? etc. .

¿Se te ocurre alguno más?

¡Te leo en comentarios!

Terapia para la carga mental

Como acabamos de ver, cada pareja es un mundo y no es lo mismo reducir la carga mental en el seno de una pareja o en otra: depende mucho de la convivencia, el tiempo transcurrido, las habilidades de comunicación, las creencias de cada parte…

En ocasiones este tema se complica si se trata de resolver por libre.

Si quieres que valore personalmente tu situación y te ayude a reducir tu carga mental, tomando las decisiones pertinentes, puedes pedir una valoración totalmente gratuita: