Terapia para la insatisfacción corporal

  1. ¿Qué es la insatisfacción corporal?
  2. Causas de la insatisfacción corporal
  3. Mantenedores de la insatisfacción con mi cuerpo
  4. Claves para mejorar
  5. Terapia para trabajar tu insatisfacción corporal

“Lo más importante es que la identidad de las mujeres debe apoyarse en la premisa de la belleza, de modo que las mujeres se mantendrán siempre vulnerables a la aprobación ajena, dejando expuesto a la intemperie ese órgano vital tan sensible que es el amor propio”.

—Naomi Wolf

¿Qué es la insatisfacción corporal?

¿Estás contenta con tu cuerpo?

¿Cómo te sientes cuando te miras al espejo?

¿Qué tal te sienta cuando llega el verano y hay que usar menos ropa?

¿Te sientes en paz con tu rostro o por el contrario es una fuente de malestar?

¿Cómo te relacionas con tu cuerpo?

Si has respondido de forma negativa a algunas o la mayoría de las preguntas anteriores significa que no estás satisfecha con tu cuerpo.

La insatisfacción corporal consiste en todas esas sensaciones y sentimientos desagradables relacionados con el propio cuerpo, con sus capacidades y limitaciones, pero también –y principalmente- con su aspecto exterior.

Las personas, y en particular las mujeres (por motivos que en seguida comprenderemos) tendemos a tener una mala imagen corporal, una visión negativa de nuestros cuerpos.

El cuerpo es nuestra primera carta de presentación. Consiste en una medida de evaluación social y personal en un mundo cada vez más centrado en la imagen.  

Es decir, que tomamos la apariencia de las personas y su grado de cercanía con los estándares de belleza predominantes como una manera de evaluar aspectos que poco o nada tienen que ver con su aspecto, como rasgos de personalidad, de carácter, éxito o estatus social, salud e incluso aspectos morales como la bondad o la calidad humana.

Caemos inconscientemente en asociaciones como la siguiente:

Lo delgado es bello y lo bello es bueno

Desgraciadamente, existen estudios que apuntan a que las personas que encajan más en el canon son consideradas mejores personas: esto en psicología es conocido como el efecto halo.

Por ejemplo, cuando vemos un cuerpo gordo tendemos a pensar automáticamente que esa persona no goza de buena salud, ya que la delgadez es un valor predominante en la mayoría de las sociedades actuales.

Por el contrario, cuando vemos un cuerpo delgado, tenderemos a asociarlo con una buena salud (aunque no sea el caso), e incluso con otros rasgos personales deseables como el autocontrol.  

Sin embargo, la satisfacción corporal es algo que no necesariamente va a ir acorde con nuestro aspecto físico.

Por eso, seguramente conocerás a muchas mujeres que te resultan bellas, que no se sienten de ese modo y viceversa.

Esto es así, porque el aspecto físico es algo externo, mientras que la manera en que nos percibimos es algo subjetivo, personal y aprendido.

Causas de la insatisfacción corporal

La obsesión y la insatisfacción con el propio cuerpo es multicausal, es decir, que se debe a múltiples causas.

Sociedad

Puede resultar evidente, pero es importante aclarar que nuestras sociedades fomentan la obsesión con el aspecto físico.

Los problemas con el propio aspecto empiezan a edades cada vez más tempranas. Así, las redes están plagadas de vídeos de niñas de 10 años empleando cremas antiarrugas perniciosas para su salud.

No es de extrañar por lo tanto que redes sociales como Instagram estén desarrollando nuevas restricciones en su uso para menores de edad, evitando así que los y las adolescentes accedan a contenidos que promuevan la cirugía estética, entre otros.

El culto o la tiranía de la belleza es real.

La búsqueda incansable de la belleza mueve muchísimo dinero en un sistema capitalista. Nichos como la dietética, la cosmética, la cirugía, pero también el mundo influencer, el cine, el modelaje… son espacios que fácilmente caen en sobrevalorar la imagen por encima de otras cuestiones y en influir y promover la obsesión y por lo tanto, la baja autoestima, las comparaciones, la ansiedad y la depresión de gran parte de la población.

Por ejemplo, España es el país europeo donde más operaciones estéticas se realizan al año y el quinto a nivel mundial. Se trata de un mercado que se lucra de las inseguridades ya existentes de las mujeres y que además se centra en seguir profundizando en ellas.

El culto a la belleza nos mantiene absortas, ocupadas, empobrecidas y en ocasiones, nos cuesta la salud (sobre todo cuando tenemos en cuenta los peligros de los trastornos relacionados con la alimentación).

Entorno familiar y social

Muchas veces también encontramos como causa los mensajes recibidos desde la infancia por parte de personas importantes, figuras cuidadoras, de autoridad o iguales, que suelen tener un gran impacto en nuestro día a día especialmente durante la adolescencia.

Tener modelos de personas que a su vez se sienten insatisfechas con su aspecto y lo recalcan puede llevarnos a aprender que somos inadecuadas y que tenemos que corregir nuestros cuerpos.

Por ejemplo, una amiga que aunque no nos hable de nuestro aspecto, siempre se esté criticando a sí misma por esa supuesta falta de caderas, o ese pecho demasiado grande.

O ese padre que siempre nos comenta que hemos cogido peso.

O esa tía que está dieta de carbohidratos y azucares desde que la recordamos.

La información que recibimos es un goteo constante que para bien o para mal, también nos configura.

Mantenedores de la insatisfacción con mi cuerpo

La atención selectiva

Ocurre cuando solo prestamos atención y observamos esa parte del cuerpo que nos disgusta, como cuando no me gusta el tamaño de mi frente y cada vez que me miro en el espejo es casi lo único que miro y juzgo, olvidándome de otras zonas del rostro.

Los rituales de comprobación 

Ocurre cuando preguntamos de forma recurrente a alguien de confianza por la presencia o ausencia del complejo o cuando miramos muy a menudo el espejo para comprobar que no se nos nota. Por ejemplo, siguiendo el ejemplo anterior del flequillo, puede ser que mi manera de disimularlo sea dejándome flequillo y entonces me paso el día vigilando que no se me mueva, comprobando que el complejo « no sale a la luz « . 

La evitación 

Ocurre cuando dejamos de ir a determinados sitios o dejamos de realizar actividades en las que anticipamos que todo el mundo verá y juzgará nuestros complejos físicos. Pero también cuando hago cosas para yo misma evitar ver aquello que me acompleja. Un ejemplo muy habitual es dejar de ir a la piscina porque me veo gorda o no me gusta mi pecho.

Mensajes

Seguir recibiendo mensajes que pongan mucho el foco en el físico, especialmente cuando no cuestionamos o ponemos en duda tales mensajes, funciona como un gran mantenedor.

Claves para mejorar

Objetivos realistas

Y con objetivo realista me refiero principalmente a partir de la base de que es posible que nuestro aspecto o cuerpo nunca nos termine de encantar y no pasa nada.

Con objetivo realista me refiero a que habrá días mejores y peores pero eso no nos ha de condicionar para llevar la vida que queremos llevar.

¿qué cosas harías si estuvieras más reconciliada con tu aspecto?

Esta pregunta nos puede dar pistas sobre hacia dónde hacer cambios y tomar decisiones.

Los pensamientos y emociones sobre nuestro aspecto pueden ir y venir, pero nuestras acciones y nuestros valores prevalecen.

 

Sal de la lógica del premio/castigo

Generalmente cuando tenemos muchos complejos corporales, tendemos a caer en la lógica del premio/castigo a través de la alimentación y/o el ejercicio físico.

Es lo que se conoce como “conductas de compensación”.

Por ejemplo “como hoy no he ido al gimnasio, no voy a comer demasiado” (aunque tenga hambre), o “ayer cené muchísimo en la salida con mis amigas, así que hoy me salto la comida”.

Esto también nos lleva a pasar por encima de las necesidades reales de nuestro cuerpo y a ir perdiendo poco a poco las señales de hambre y saciedad tan importantes para cuidarnos.

 

Deja de pesarte

Sobre todo si tu dificultad tiene que ver con tu peso, hay una forma de actuar estrella que es importante tratar de desterrar: y es pesarte en la báscula.

Puede haber mucho miedo a engordar y sin embargo las básculas nos devuelven una información sesgada que a menudo no tiene mucho que ver con nuestros verdaderos objetivos.

 

Conecta con el agradecimiento y la funcionalidad de tu cuerpo

Es importante cambiar el foco sobre la estética y ponerlo sobre otro aspecto fundamental de nuestra anatomía: su funcionalidad.

¿qué cosas te permite hacer tu cuerpo?

¿qué experiencias te ha permitido vivir el hecho de tener piernas, brazos, boca ojos…?

¿cuánta vitalidad o fortaleza has descubierto hoy en él?

 

Conecta con el placer

Siguiendo la lógica anterior, en ocasiones dejamos de atender al cuerpo a menos que sea para mirarlo con crítica y flagelarnos.

Pero ¿cuánto placer nos puede proporcionar el cuerpo cuando estamos conectados con él?

Otra manera de reconciliarnos con la propia imagen es dar más espacio a los sentidos y permitirnos sentir placeres sencillos a través de él.

 

Terapia para trabajar tu insatisfacción corporal

Cada mujer es un mundo y es necesario comprender qué hay debajo de esa insatisfacción corporal, por qué y cómo se mantiene y el impacto que esto está teniendo en su vida.

Si quieres que valore personalmente tu situación y te ayude a trabajar sobre tu insatisfacción corporal, para ganar autoestima y sentirte más en paz, puedes pedir una valoración totalmente gratuita: