Mindfulness para mujeres

¿Por qué un Mindfulness para mujeres?

Seguramente ya hayas oído hablar antes sobre el famoso Mindfulness.

Se trata de una práctica milenaria que hemos adaptado de las tradiciones budistas, pero que no es sinónimo de meditación. Tampoco es una religión ni una manera de evadir los problemas.

Es la focalización de la atención en el momento presente, aquí y ahora. Es el esfuerzo por mantenernos atantas a lo que sucede en el instante presente, mediante una actitud de curiosidad que nos coloca como espectadoras de la escena.

 

Muy bien, pero ¿por qué relaciono esta técnica con el hecho de ser mujer?

Vamos a verlo punto por punto:

~ Se trata de una práctica que focaliza la atención ~

Sabemos, que por desgracia las mujeres hemos salido de la esfera privada (el hogar) para entrar masivamente en el espacio público (el mercado laboral, entre otros). Sin embargo, esto no ha hecho que los hombres hayan entrado en la corresponsabilidad de las casas en la misma proporción.

Disponemos de media, de 1 hora 40 minutos diarios de tiempo libre menos que los hombres.

Por lo tanto, es probable que trabajes dentro y fuera de casa y estás tan cargada de compromisos y responsabilidades que tu atención y tu energía se resientan a lo largo de la semana.

La atención es el elemento estrella del mindfulness. Nos ayuda a focalizar la energía en aquello que decidimos que es prioritario.

Y es que cuando quieres abarcar demasiadas cosas, sea por expectativas ajenas, sea por propia auto-exigencia (o por ambas), dejas de ser eficaz, ¿no es cierto?

Quien mucho abarca, poco aprieta…

 

~ Nos invita a centrarnos en el momento presente, aquí y ahora ~

Urge frenar en medio del caos de las dobles jornadas -si las hay- para permitirnos un momento para respirar.

Frenar las prisas.

Es importante reservarse ciertos instantes para no pensar en lo que sucedió ayer o en las largas listas mentales de las cosas que todavía tienes pendientes.

Nos han vendido la moto de que la mujer exitosa es aquella que llega a todo y no es así. Apostemos por un concepto de mujer exitosa que se prioriza y que se cuida, sea cual sea su situación.

 

~ Se puede entrenar, en cualquier momento y lugar ~

Precisamente para evitarte aquello de “no tengo tiempo ni para ir al baño”, el mindfulness no nos exige ni mucho tiempo, ni un contexto determinado, al contrario que otras prácticas como la meditación o la actividad física.

Basta con dirigir tu atención a lo que está sucediendo y respirar, sin juzgar.

Solo te llevará unos segundos, allí donde estés.

¡Ah! Tampoco necesitas esterilla, ni mancuernas…

La atención es como un músculo, cuanto más la usamos de manera consciente, más se fortalece.

 

~ Se sirve de la respiración, pero también de los cinco sentidos, que nos anclan al presente ~

El mindfulness es como un ancla en mitad de la tormenta. Y para anclarte es suficiente con atender a tu respiración. Acompasar el ritmo de la respiración mientras caminas, por ejemplo.

También puedes emplear otro recurso muy accesible: los sentidos. Observar sin juzgar el color de un objeto, escuchar sin juzgar el sonido de los pájaros, paladear sin juzgar el plato que tienes delante.

 

~ Fomenta una actitud de amable aceptación y no juicio ~

Aunque no seamos conscientes, a las mujeres se nos juzga constantemente, ya sea por nuestro estilo de vida, por nuestra apariencia física, vestimenta o por nuestro temperamento. Sobre todo si es compatible con ciertos estereotipos masculinos como la ambición.

Vamos a convertirnos en nuestra mejor amiga. Vamos a cuidar de nuestro discurso interno, poco a poco, día a día.

 

~ Te ayuda a trabajar el noble arte del desapego ~

La socialización de género nos lleva demasiadas veces a sentirnos dependientes emocionalmente. Es por ello que nos cuesta tanto soltar personas dañinas o poner límites. No nos damos cuenta, pero sentimos que solo podemos estar bien si nuestro entorno se encuentra bien.

Mindfulness te ayuda a dar un pequeño paso atrás para evitar que te secuestren tus emociones. Te da perspectiva con respecto a tus pensamientos, pero también con respecto a los sentimientos que envuelven las relaciones personales.

 

~ Favorece tu escucha interior ~

Por último, el mindfulness te ayuda a poner el foco en cómo estás y en lo que necesitas, es decir, te ayuda a escuchar tu voz interior con mayor claridad.

Facilita la conexión entre tu cuerpo, tu mente y tus emociones, y esto es lo que te ayuda a sentirte en ti, a tomar decisiones alineadas contigo misma.

(Si quieres saber más sobre la escucha interior, es aquí)

 

 

Uno de los beneficios principales del Mindfulness es que te ayuda a gestionar el estrés y existe un tipo de estrés que experimentamos las mujeres por el simple hecho de serlo: el de la desigualdad de género.

 

Estrés derivado de:

-La falta de oportunidades

-La exigencia y el desgaste de los cuidados

-La falta de apoyos

-Los juicios sociales

-Las presiones externas

-La tiranía del cuerpo

-El sincretismo de género: este es el conflicto que vivimos entre nuestras dos mujeres interiores: la tradicional, que disfruta volcándose en otras personas y jugando el papel de pareja, madre perfecta, etc. Y la mujer autónoma, que se plantea proyectos de vida propios que le ilusionan y le motivan a superarse día a día.

 

No es fácil encontrar un equilibrio entre la vida personal y la profesional, una conciliación o una paz sostenible en un entorno patriarcal en el que la desigualdad puede llegar a afectarnos de manera muy directa.

Por eso, cuidarte es un acto revolucionario.

Y tu práctica del mindfulness es una píldora diaria de salud, de cuidado.

 

¿Te animas?

Puedes empezar a practicar con este ejercicio gratuito para volver a tu presente.

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